Hasta hace un tiempo, la información tecnológica estaba concentrada en
la biblioteca o en el aula de informática, pero actualmente, pueden conectarse
en el aula, en su casa o en cualquier sitio donde estén.
Los alumnos están viviendo estos cambios en las escuelas, y pueden
observar cómo la pizarra ha sido sustituida por el proyector, los libros y
lápices por los portátiles, el Internet se realiza a través de banda ancha y
existe una mayor movilidad gracias al inalámbrico y la motivación hacia el
aprendizaje es máxima. Les gusta aprender y van a la clase mucho más contentos.
Además, comparando los pequeños pueblos con las grandes ciudades, a la
hora de utilizar las nuevas tecnologías no hay diferencias y esto los niños lo
ven. Su aprendizaje va a ser el mismo.
Los profesores deben saberlas manejar y conocer su metodología, a la
vez que pueden ayudarse en foros con otros profesores o expertos. El alumno
pasa de pasivo a activo, interviene mucho más en la enseñanza-aprendizaje y se
cambia el rol del profesor.