Bien es
cierto que últimamente la educación va decayendo, los resultados académicos
están empeorando, pero necesitamos cierto optimismo.
Los
profesores confían en su labor, los padres y madres consideran que la educación
que están dando a sus hijos es buena, aunque tengamos cierto pesimismo, solemos
pensar que lo que hacemos está bien, aunque siempre hay algo que cambiar.
Cometemos
muchos errores, sí, pero como todos, ¿no? Con un poquito de esfuerzo por parte
de todos y colaboración, la educación podrá ser mejor. Estamos en el siglo XXI
y las nuevas tecnologías han llegado a nuestras vidas a intentar poner un poco
de orden y a conseguir que los alumnos aprendan, pero aprender con todas las
letras, que salgan del colegio o de la universidad y tengan un recuerdo de sus
conocimientos, permitiéndose poderlos aplicar en cualquier momento.
Debemos ser
optimistas en educación para formar a grandes personas y futuros docentes.
Porque si los profesores no lo somos, ¿quién lo va a ser por nosotros?
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