Tendencias Educativas

jueves, 23 de febrero de 2012

¿La familia y los derechos de los hijos han producido un cambio desde la época de nuestros padres hasta la actualidad?


Todos y cada uno de nosotros tenemos una familia. Es lo normal y lo que siempre hemos visto a nuestro alrededor. Todos sabemos lo que es. Una familia es aquella en la que hay unos lazos de parentesco, afinidad o afiliación, hay una ayuda mutua y todos somos uno.

Podemos llamar familia a aquella más cercana a ti, es decir, con la que convives todos los días: tus padres y tus hermanos, si tienes, o puedes llamar familia a tus familiares como tíos, primos, abuelos… Dependiendo de la persona y su relación con estas personas, se referirá a una u otra familia.

En épocas antiguas, las familias eran mucho más numerosas, nuestros padres se casaban antes y solían tener muchos hijos, actualmente, las familias están reduciendo, incluso me puedo poner yo como ejemplo, ya que soy hija única. Esto puede ser debido a la esperanza de vida, el nivel económico, las formas de vida, las ganas de tener hijos...

Como podemos comprobar las familias han cambiado desde nuestros padres hasta la actualidad, pues antes se tenían más hijos, pero además, una familia estaba más unida, hacían todo juntos y se ayudaban en lo necesario. Sin embargo, ahora tienes el apoyo de nuestros padres, pero tu familia (tíos, primos, abuelos) sueles verla muy poco y en reuniones familiares. Los hijos son más despegados con sus padres, no hay tanta confianza y tenemos demasiada libertad. Esto es debido a la sociedad que estamos creando, una sociedad en la que la libertad está llegando a tal punto que no siempre es positiva. Los hijos tratan mal a sus padres, no se muestra ese cariño que antes había, el respeto, los duros castigos...

Desde mi punto de vista, las familias deberían estar más unidas, porque solo hay una y al fin y al cabo, un amigo puede ser tu amigo... pero la familia siempre va a estar ahí y recurrimos a ella en todo momento. Por ello, tampoco hay que dejarla de lado y olvidarnos de ella, ya que algún día  nos acordaremos de lo que hemos hecho.

Los lazos de unión nunca se deben perder y menos los de padres-hijos. He de destacar la famosa frase de “nadie te va a querer como un padre quiere a su hijo”.

También he de señalar que en épocas remotas, pocos eran los casos de abandonos de hijos o divorcios, que tan escuchados son actualmente. 

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