Estas escuelas fueron introducidas por el escritor Tolstoi en Rusia a
finales del siglo XIX. No son muy usuales, pero en algunos lugares son
empleadas. Lo que más las define es su libertad y libre participación, igualdad entre todos.
Están caracterizadas por: la globalización, el diálogo, las nuevas
tecnologías, la organización del aula, la convivencia democrática.
¿Son mejores las escuelas democráticas? Yo diría que sí en cierta
parte, ya que favorecen la implicación del alumnado, una nueva escuela, en la
que la escuela no es para una minoría, fomentan el juego y la innovación. Sin
embargo, no existen calificaciones como tal y tienen demasiada libertad en sus
decisiones. El profesorado también debe intervenir, aunque no dudo de que lo
haga, pero todo depende de cómo lo haga.
Sin duda, las mejores experiencias conocidas sobre escuelas
democráticas son las del libro homónimo de Michael Apple y James Beane (1997).
Preocupándose por los demás, su bienestar y la libertad de sus ideas.
Tenemos que tener las ideas claras de si queremos que nuestros alumnos
aprueben los exámenes sin más, o sean capaz de negar ideas, debatirlas y hacer
razonamientos. Podemos formar personas buenas, intelectuales, que conozcan la
relación y las diferencias entre los seres humanos. En definitiva, aprender a
ser buenos ciudadanos.
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